PERSPECTIVA DE LA VIDA

Todos hemos experimentado, en alguna ocasión, algún tipo de situación que nos ha generado malestar, dolor, frustración, impotencia… En definitiva, algún tipo de pensamiento, sentimiento o emoción negativa.

Lo cierto es que, cada situación experimentada por cualquier persona, es percibida de manera diferente en función de la persona que la experimenta. Esto se debe a la «mochila» que cada uno de nosotros lleva a su espalda. Dicha mochila nos acompaña desde siempre, y alberga todo aquello que nos configura como persona. Entre otras cosas, gran cantidad de paradigmas y de creencias, tanto limitantes como potenciadoras, que nos convierten en las personas que somos e influyen en la interpretación que hacemos de la realidad que experimentamos.

Así, en función de nuestra mochila y su contenido, vivimos con una intensidad determinada lo que acontece en nuestra vida. Para bien o para mal.

Al mismo tiempo, lo que nos decimos a nosotros mismos (nuestras representaciones mentales) en cada situación está íntimamente relacionado con cómo de involucrados estamos en dicha situación.

Estar en el centro de lo que ocurre, distorsiona fácilmente nuestra capacidad de ver, pensar y sentir con claridad en dicha situación.

De hecho, nos resulta mucho más sencillo analizar y racionalizar lo que le ocurre a otras personas, pues lo vemos desde fuera, en la distancia.

Dos claves nos pueden ser útiles para tratar de racionalizar y relativizar las emociones que nos genera el hecho de estar involucrados en una situación compleja:

  1. Cuestionar permanentemente nuestras creencias acerca de lo que pensamos. Para ello, nada mejor que conectar tu vida a otras personas o experiencias. Para cuestionar lo que pensamos, es muy interesante relacionarse y conocer a personas nuevas, con otras formas de pensar, con otras formas de expresarse, con otras experiencias vitales y culturas diferentes, viajar a otros lugares o visitar nuevos entornos, más innovadores y rupturistas. Desde esa interrelación, podremos experimentar y expandir nuestros propios límites y darnos cuenta de la inmensidad de opciones que la vida nos proporciona, más allá de aquello que aprendimos en un momento de nuestro propio proceso de aprendizaje.
  2. Tomar Perspectiva. En este sentido, tomar perspectiva implica tomar distancia de lo que ocurre para tener una visión más clara, más integral de todo lo que está aconteciendo.

    De ese modo, hay tres ejes en los que tomar distancia: Físico, Emocional y Temporal.

PERSPECTIVA EJES CARTESIANOS

  • Distancia Física: Como hemos señalado, cuando nos separamos físicamente de las cosas tenemos un mayor ángulo de visión para entender los acontecimientos que estamos observando, de manera global. Ya hemos dicho que estar en el centro de todo, además de darnos una visión muy parcial, puede nublar nuestra capacidad de observación. Así, la propuesta en este caso, es «elevarse» físicamente lo más posible para tener esa «vista elevada» que permite, como a las aves, dominar el entorno y entender las interconexiones que se producen entre todos los elementos del sistema.
  • Distancia Emocional: Como hemos señalado, estar físicamente en el centro de una situación nos impide ver con claridad dichos acontecimientos. De la misma manera, cuando nos dejamos «embargar» por las emociones es sencillo perder nuestro Norte. Así pues, tomar distancia de nuestras emociones, una vez que le hemos dado espacio para ser experimentadas sin ser juzgadas, es una manera de racionalizar la situación vivida. Separarse de la emoción, permite observarla y no identificarte con ella, pudiendo gestionarla de una manera más adaptativa e inteligente a nuestro propósito.
  • Distancia Temporal: Finalmente, el tiempo es un elemento que permite dimensionar las experiencias vividas. Cuando damos espacio de tiempo y volvemos la mirada hacia atrás, nos damos cuenta que esa distancia temporal atenúa significativamente en nosotros los efectos físicos, pero, sobretodo, emocionales.

Tomarse tiempo, permite relativizar y darle su justa importancia a las situaciones que vivimos. Hasta el punto de parecernos ajenas.

Así, el cuestionar lo que creemos sometiéndolo a una experiencia más amplia, variada y expansiva, y, tomar distancia de las situaciones, desde un plano físico, emocional y temporal, puede conseguir, paradójicamente, que te alejes de todo para conectar mucho mejor contigo.

Ya lo sabes… dale perspectiva a tu vida…

PERSPECTIVA

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