La vida pasa y pasan los días. Inexorable, minuto a minuto, segundo a segundo, con cada respiración, con cada latido…
Esta sucesión de realidades desfila delante de nuestros ojos, casi siempre, y dentro de nosotros, en ocasiones…
Algunas, son las veces en las que somos capaces de traspasar los muros de nuestra fortaleza corporal para dejarnos conquistar por todo tipo de sensaciones, emociones, vivencias…
Momentos, en los que nos sentimos conectados con algo mucho más grande que nosotros y de lo que, a su vez, formamos parte. Alineación que nos hace sentir paz, quietud, serenidad y que nos coloca en nuestro centro.
¿Dejas que cada día cubra sus horas para llegar al momento siguiente?¿Pasan los minutos y segundos y dejas que el tiempo se escurra entre tus dedos?¿Sientes que tu piel se arruga y que los músculos de tu cuerpo se atrofian?¿Miras con nostalgia ese tiempo que ya no volverá?¿Aquel tiempo en el que soñabas y todo era posible?¿Aquel tiempo que te convirtió en la persona que eres hoy y que no se parece, con mucho, a la que soñabas ser?¿Ha pasado el tiempo y tu espejo te devuelve una imagen estropeada, envejecida, triste?
O, por el contrario, ¿Has decidido atesorar los momentos, exprimirlos y convertirlos en joyas que te hacen más y más rico, más y más sabio, más y más experimentado?¿Sientes que el paso de la vida te hace sentir, cada vez más y más vivo?¿Te has propuesto rodearte de personas que te expanden, que te riegan, que te complementan y te perfeccionan?¿Te has permitido respirar profundo, al unísono con la naturaleza, para vibrar intensamente con todo lo que te rodea?¿Te has arriesgado a dejarte tocar por la belleza de lo efímero, del aquí y el ahora?
¿Qué has decidido hacer con el regalo de tu existencia en la Tierra?¿Envejecer o Embellecer?
Recreándose. 